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La fidelidad es el bien más sagrado del corazón humano: ninguna coacción debe forzala a defraudar, por ningun precio debe corromperse". Esta es parte de los discursos que el maestro
Lucio Anneo Séneca le ofrecía a su más quendo alumno
Nerón. Séneca fue un gran
retórico y sus
discursos lo enfrentaron a
Calígula quien lo condenó a muerte, pero fue por medio de sus
discursos que también consiguió el perdón del degenerado emperador.
Claudio desterraría por 8 años a Séneca, pero a pedido de la emperatriz Agripina se logró el retomo del orador. Ella lo nombraría maestro de Nerón a quien le enseñó todos los secretos de la perfecta oratoria Nerón, haciendo mal uso de estas invalorables enseñanzas se convertiría en tirano y cometería las peores atrocidades Ebrio de poder, señaló que Séneca ya nada tenía que enseñarle y muy por el contrano era un peligro para él por lo que le ordenó que se suicidara. Séneca no dudó y se cortó las venas, pero como demoraba en morir tomó veneno terminando asi sus días, contemplando a Nerón, el monstruo que sus discursos habían creado.