Sentimientos; una gran facultad que debe poseer todo gran orador. El sentimiento es primordial por cuanto nuestra personalidad afectiva gobierna gran parte de nuestras relaciones con el mundo exterior. Nos conduciremos y hablaremos bien o mal según que nuestros sentimientos y deseos sean nobles o vulgares. Los sentimientos nobles nos perfeccionan; los bajos nos envilecen. El sentimiento da espontaneidad y frescura a nuestras palabras y por lo tanto hay que cultivarlo y ponerlo a nuestro servicio.
EL PAPA LEON I EL SANTO PATRON DE LOS ORADORES
Atila, el rey de los hunos ya había invadido casi toda Europa y a su paso había cometido las peores atrocidades que cualquier mortal se pudiera imaginar. Era conocido por su desmedida crueldad e impaciencia. Atila simplemente no creía en nadie, salvo en sí mismo. Un día sus ejércitos llegaron a la puerta del imperio romano y se proponía atacarlo cuando uno de sus generales le contó que en Roma había un gran oradorque era capaz de mover montañas. Ordenó que le trajeran a ese portento de la oratoria. Su general cumplió la orden y le trajo al Papa León I. Atila vió al Papa y desconfió, quería ponerlo a prueba. El rey huno le propuso que si éste lograba convencerlo con sus discursos para que no invadiera Roma, durante toda una noche, éste cumpliría su palabra y se retiraría. León I trabajó toda la noche tratando de convencer al testarudo salvaje con encendidos discursos. Al llegar la madrugada León estaba exhausto y el rey huno... convencido. Atila cumplió su palabra. No invadió Roma y se retiró. Cuenta la leyenda que Atila al retirarse comentó: "Heperdido un imperio por una lengua". León I fue santificado y se le concedió el título de Grande. León I el Grande es el PATRONO DE LOS ORADORES.