La imaginación es el arma fundamental de un buen orador, sin ella estará acabado. Pero esta Invalorable cualidad es una arma de doble filo y hay que saber utilizarla de la manera más adecuada posible. La concentración del pensamiento nos permitirá dominarla y hacer una elección juiciosa de la abundancia de ideas que aquella nos ofrecerá.
Un buen orador jamás sofoca su imaginación pues a ella le deberá toda la onglnalidad que tendrá su discurso. Un experimentado orador entrena su imaginación obligándola a crear de maneraordenada. Cuántos prometedores oradores se han quedado en el inicio del camino por haber seguido a su fantasía sin freno, por no haberla sabido disciplinar.
La imaginación bien conducida nos hará descubrir un mundo de posibilidades insospechadas; indisciplinada nos convertirá irremediablemente en charlatanes.