Pautas para ser un buen orador

Fortifique su voluntad perfeccionando el espíritu, ejercite su dormida facultad de observación, su imaginación, la memoria y su juicio. Póngase en condición de poder observar bien. Sea curioso, escuche, mire, toque. Es preciso que sus observaciones sean lo más precisas posibles pues este simple detalle las hará invalorables.

No sólo debemos percibir con exactitud, sino también saber interpretar nuestras percepciones comparándolas y encadenándolas.

Definitivamente, Sócrates, fue el más feo de los grandes oradores y sabios Pero este detalle no lo disminuyó. al contrario, se sobrepuso y se elevó a límites jamás vistos en un país donde el culto a la belleza física se había convertido en religión.

Sócrates dijo: ‘Lo primero en la vida es tratar bien a nuestros se mojantes, pero, para lograrlo, hay que ser: sabio, valeroso, tener templanza y ser justo". Esta y otras ideas expuestas por su mordaz elocuencia le valió que fuera condenado a muerte. Sócrates no abrigaba temor alguno ante la muerte y los jueces se enturecian por su completa indiferencia ante su castigo. En este juicio y afrontando la muerte. Sócrates diría el mejor discurso de su vida.